¿Por qué participar en el Orgullo LGTB?

En unos días, fiel a su cita desde hace casi 40 años, el Orgullo se desplegará por Madrid. Otra vez, convertida en baluarte de la libertad, la capital atraerá miradas de todo el mundo y de todo tipo. Millones de ojos la mirarán, muchos con alegría, muchos con odio. Porque las fiestas del Orgullo no suelen dejar indiferentes a su paso.

Fieles a su cita, también se desplegarán artículos de prensa y radio, escucharemos y veremos opinadores varios o tertulianos de relumbrón aparecer, por acá o por acullá, proclamando la inutilidad de seguir celebrando estas jornadas, lo absurdo de hablar de orgullo porque, si decimos que ser LGTB+ es ser normal, no hay que nada que festejar, ni razón para manifestarse, ni etcétera, etcétera, etcétera.

Quizá si…

…no se pretendiese educar al preguntar “¿Cuándo se comenzó a propagar y a promover el “MITO” de que la homosexualidad es ‘normal’?», «La eliminación de la homosexualidad como un trastorno mental ha dado credibilidad a los activistas homosexuales en la cultura y han exigido que su comportamiento sexual desviado deba afirmarse en la sociedad«…

…sería posible no celebrar el Orgullo.

Quizá si…

…en la Valencia de 2016, los másteres de bioética no enseñasen que las personas LGTBI son anómalas al afirmar que “Lo normal en la especie humana es la heterosexualidad” (cuando sólo es lo más frecuente), o no concluyesen que “la homosexualidad es no sólo contraria a la naturaleza racional del hombre, sino también a la naturaleza instintiva del animal”, situándonos más allá del animalismo…

…sería posible no celebrar el Orgullo.

Quizá si…

…el muy conservador Colegio Americano de Pediatría no encontrase eco en las páginas mas conservadoras de este país para proclamar su desprecio al colectivo LGTB+, ignorando las opiniones en contra de la prestigiosa Asociación Americana de Pediatría y las toneladas de estudios que avalan la normalidad de nuestro colectivo y de nuestros hijos…

…sería posible no celebrar el Orgullo.

Quizá si…

…monseñor Cañizares no arremetiese contra el “imperio gay” y las leyes de Igualdad LGTBI, estimulando el odio y logrando, en vez de una reprobación, el aplauso de centenares de personas durante el Jubileo de (ciertas) familias, o si se persiguiese a quienes, en manifestaciones de carácter fascista por las calles de Madrid, insultan a unos chicos que se besan…

…sería posible no celebrar el Orgullo.

Quizá si…

…grupos como HazteOir o Nosomosvasijas no acosasen a nuestros hijos e hijas y no persiguieran a nuestras familias con frases como  «La pareja homosexual no genera vida«, o “el llamado ‘vientre de alquiler’ es negativo para el niño” o  “produce más problemas psicológicos y muy graves”, o si Tania y Rebeca no tuviesen que ocultar cómo nació su hijo…

…sería posible no celebrar el Orgullo.

Quizá si…

…no existiese en Francia “La manif pour Tous”, o Portugal no aprobase reformas de la Ley de reproducción que excluyen a gais y trans, o Italia no discriminase entre matrimonio heterosexual y parejas homosexuales, o si Suecia no hubiese esterilizado a la fuerza (¡hasta 2013!) a quienes querían cambiar su sexo legal, para asegurarse que perdían toda capacidad de procrear…

…sería posible no celebrar el Orgullo.

Quizá si…

…el 25% de estudiantes y empleados universitarios lesbianas, gais y bisexuales no sufriesen acoso debido a su orientación sexual, o si un tercio de aquellos que se identifican como transgénero no fuesen acosados, o si en la España más profunda no se tuviese que vivir bajo un continuo burka que disimule nuestra orientación…

…sería posible no celebrar el Orgullo.

Quizá si…

…los niños LGBT+ no tuviesen tres veces más probabilidad de sentirse inseguros en la escuela que sus compañeros heterosexuales, o si durante los últimos doce meses, el número de menores de edad LGTB+ que han sufrido acoso, agresiones y tratamiento intimidatorio no se hubiese duplicado con respecto al año anterior…

…sería posible no celebrar el Orgullo.

Quizá si…

…a Daniel no le hubiesen apaleado brutalmente en Granada mientras le gritaban que “por mucho que quieras ser un tío siempre serás una mujer, lo tuyo es puro vicio”, o si las agresiones y los delitos de odio por orientación sexual no estuviesen a la orden del día en cualquier calle o plaza de España,…

…sería posible no celebrar el Orgullo.

Quizá si…

…en cualquier pueblo una pareja de chicas pudiese besarse sin miedo, como haría una pareja de novios tradicionales, si una pareja de chicos pudiese ir de la mano sin escuchar con desprecio “Ya está bien de tanto mariconeo», «En mis tiempos esto no pasaba. ¿Qué es lo que queréis ahora? ¿No habéis conseguido ya ser normales? Es que os partiría la cara a todos…»

…sería posible no celebrar el Orgullo.

Quizá si todo eso, y algo más, pasase, no haría falta la Semana del Orgullo, la Manifestación del Orgullo. Pero nada de eso ha pasado. Hoy, como ayer, hay que salir a la calle.

Para decirles a otros que no tengan miedo, aunque este les rodee como una asfixiante nube negra. Para contar que la vida es hermosa y posible. Que los armarios no sirvan más que para producir dolor.

Tenemos que salir para que los sueños de quienes son condenados a muerte por amar a quien les da la gana no caigan en saco roto.

Salir para reclamar el derecho de todas y todos a vivir su propia vida, sin imposiciones de los que quieren dominar, por encima de todo, la vida de los demás.

Tenemos que salir porque se lo debemos a nuestros hijos, a nuestras hijas, a los vivos, a los muertos, a los que lloran, a los que ríen, a los que imaginan y a los que se les marchitó la imaginación esperando contra toda esperanza.

Tenemos que salir para que nadie, en ningún sitio, gima a oscuras, temblando, porque ha descubierto que amar es un verbo que se debería conjugar en colores.

¡Vamos! El Día del Orgullo nos espera. No le defraudemos.

Nos jugamos el porvenir.

Nos jugamos la vida.

Como se la jugaron y perdieron los 49 de Pulse (Orlando, Florida). Por ser como eran. Por gritar al mundo que, pese a las amenazas, insultos o presiones de quienes sólo sienten odio, sobreviviremos y haremos de la Tierra un mundo mejor.

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