Niño de 8 años es torturado y asesinado por «ser homosexual»

Estas noticias nos conmueven profundamente a la vez que nos llenan de rabia. No es la primera vez que os contamos de algún niño asesinado por parecer homosexual, como le sucedió a un pequeño de 4 años hace un tiempo atrás.

Hoy os contamos de Gabriel Fernández, que tenía solo 8 años cuando fue asesinado.

La historia de maltrato comienza cuando su madre, Pearl Fernández (34 años), se buscó el novio más homófobo y malvado que pudo encontrar, Isauro Aguirre (37). Madre y niño se mudaron hace unos años a vivir a California con Aguirre, quien desde el principio se mostró en contra de la supuesta homosexualidad de Gabriel. Apenas un año duró la convivencia antes de que se produjera el crimen.

El padrastro y la madre abusaban de él. Primero con golpes, desdén, pero las torturas se fueron volviendo cada vez más insoportables para el pequeño. Aguirre lo golpeaba con un bate, le disparaba con su pistola BB, lo obligaba a vestirse de niña. La pareja, conjuntamente, obligaba a Gabriel a comerse su propio vómito e incluso a comer heces de gato, su cuerpo, además, presentaba múltiples quemaduras con cigarrillos. Lo hacían dormir atado y con un calcetín en la boca. La razón que ambos dan hoy a la Justicia es que el niño era homosexual, según palabras del Fiscal.

El médico que revisó su cuerpo sin vida encontró muchísimas heridas, además de pelos de animales en su estómago.

Hoy Isauro Aguirre y Pear Fernández se enfrentan a la justicia. La madre está acusada de asesinato, pero Isauro Aguirre además se enfrenta a una posible condena de pena de muerte, por «actos de abuso indescriptibles» cometidos contra el pequeño Gabriel Fernández, según publica New York Daily News.

«Esto no ha sido consecuencia de las drogas, ni de problemas de salud mental», ha asegurado el fiscal de Palmadale (California), Jonathan Hatami. «(Isauro) lo hizo porque no le gustaba, porque creía que Gabriel era homosexual y para él eso era algo malo», ha señalado el fiscal.

El abogado de Aguirre ha admitido que su cliente causó las heridas de Gabriel, pero dijo que no debería enfrentarse a la pena de muerte porque no quería terminar con la vida del niño. «Es culpable de asesinato, pero la circunstancia especial alegada, que pretendía matar a Gabriel con la imposición de tortura, no es cierta».

Solo esperamos que se haga justicia para este pequeño.

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