«Hemos adoptado un niño. ¿Qué pasos debemos seguir para una buena adaptación?»

Cada caso de adopción tiene sus particularidades. No sólo es diferente que el niño sea adoptado recién nacido o con varios años de edad, o que sea o no de un color de piel diferente a sus padres-madres, sino que también entran en juego el temperamento del niño, su genética, etcétera.

Sin embargo, existen algunos procesos universales en el desarrollo de los seres humanos que nos pueden ayudar a acertar en nuestra nueva vida, sea cual sea nuestra circunstancia.

Lo primero: el apego

NiñoDesde el primer año de vida y hasta los 2-3 años, lo más importante para nosotros ha de ser generar un apego seguro con el bebé. Parece que el bebé no esta aprendiendo ni comprendiendo mucho, sin embargo esta etapa es determinante para la forma en la que percibirá el mundo de mayor, como algo ajeno y peligroso o como algo familiar y amigable.

Para eso sirve el apego, para inculcar seguridad y tranquilidad en el adulto que será nuestro bebé. Si el niño ha sido adoptado más allá del primer mes, puede darse una Fase Inicial de Angustia, caracterizada por llantos, irritación, problemas de sueño o hambre. Esta fase será mas intensa si ha vivido una situación consciente de abandono por parte de otra familia adoptiva o de sus padres biológicos. Ser paciente y ser sostén emocional incondicional son las claves para superar esta primera fase y pasar a la siguiente Fase de Aceptación y Adaptación.

Si el pequeño viene de unas circunstancias de apego, alimento o salud desfavorables, debemos centrarnos en ofrecerle un apego seguro y tranquilizador además de establecer unos ciclos de comida, sueño, paseo, etcétera, muy regulares: siempre a la misma hora y en el mismo contexto.

Unos hábitos regulares ayudarán al bebé, especialmente al que ha vivido situaciones estresantes, a relajar su sistema nervioso y generar una personalidad pacífica.

Si el pequeño es adoptado más allá de los 6 años, es interesante recurrir a la colaboración de un profesional. Si es adoptado en la adolescencia, más recomendable se hace la ayuda psicológica, pues el niño tiene que generar un vínculo con su  nueva familia y al mismo tiempo diferenciarse de esta para desarrollar su personalidad. Lo mismo ocurre cuando el pequeño tiene necesidades especiales.

La edad perfecta para explicarles que son adoptados

Muchos teóricos difieren en este punto. Existen los que proponen que el concepto “adopción” aparezca desde temprana edad, sobre los 2-3 años. Otros, sin embargo, proponen la edad de 5-7 años, cuando el niño empieza a tener la capacidad de comprender en toda su complejidad el concepto de “haber nacido” o de “mamá o papá biológico-mamá o papá adoptivo”. Los primeros defienden su hipótesis asegurando que cuanto antes el término “adopción” esté en su vocabulario, más normal será asimilar su realidad. Los segundos prefieren una edad más tardía, pues proponen asegurarse de que el niño haya generado un apego lo suficientemente sano y seguro durante esos primeros años, para cuando sepa que no es hijo biológico.

¿Qué hacer? Cualquier decisión es la correcta si el niño vive en un ambiente donde el apego es robusto e incondicional.

Eso sí, no es recomendable hacerlo más allá de los 8-9 años, pues la sorpresa en una edad tan vulnerable como la preadolescencia puede hacerle más arduo el proceso de adquisición de su autoestima e identidad.

No conviertas la adopción en un tabú

“Ser una persona adoptada” será parte de su identidad. No evitemos cualquier tema o pregunta que pueda surgir al respecto en cualquier momento de su vida.

Inevitablemente llegará el día en que se preguntará quiénes fueron sus padres biológicos. Se hará preguntas de toda índole. Sobre su cultura, su genética, su historia previa a haber llegado hasta ti. Preguntas a las que incluso como padre o madre tú no podrás responder.

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No escapes de esa realidad. No la niegues ni intentes hacer desaparecer cualquier rastro de su origen biológico.

Haz de la adopción una circunstancia natural. Simplemente muéstrate abierto, comprensivo o sé un sostén para sus inquietudes y sus preguntas. Sus deseos de tener respuestas no influyen lo más mínimo en que sois y seréis siempre una familia.

¿Qué respuestas emocionales puede tener un niño adoptado?

Según su circunstancia puede tener o no las siguientes:

  • Sensación de que nada dura. Vacío.

Sobre todo si ha pasado por varias familias o ha sido adoptado pasados los 5 años.

  • Miedo a ser nuevamente abandonado y desconfianza hacia los adultos.

Sobre todo si tiene una historia de abandono significativa.

  • Sensación de poca valía.

Es posible que la autoestima se vea tocada de una u otra forma. Siempre es importante dejarle claro lo importante e irremplazable que es para nosotros, así como el deseo que teníamos de que llegara al hogar.

  • Mal afrontamiento de la pérdida y la separación.

Debemos ser perceptivos y cuidadosos en los primeros duelos, por ejemplo, cuando se separa de sus compañeros de cole o preescolar, o tiene su primer fracaso en la escuela.

La familia tiene la capacidad de ir deshaciendo estas creencias emocionales. Nuestra apertura, un buen apego y mucha paciencia, serán las claves del éxito del proceso adoptivo.

Rocío Carballo. Psicoterapeuta.

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