Educar y castigar sin perder los nervios

En muchas ocasiones nuestros hijos nos hacen perder los nervios y, a la hora de regañarles, terminamos levantando la voz más de lo necesario, e incluso en ocasiones llegamos a los gritos. La verdad es que las regañinas continuas y el levantar la voz no es nada efectivo, más bien todo lo contrario. Tampoco es conveniente que entremos en descalificaciones o comparaciones con el niño como: “Tu hermano lo hacía mejor”, “Eres un inútil”, “No te sale nada a derechas”, “No vas a llegar a nada en la vida”… Ya que con ello lo único que vamos a conseguir es mermar la autoestima del niño sin lograr que su actitud cambie.

La mayoría de las veces esta pérdida de nervios viene por un cúmulo de acontecimientos que no siempre son culpa del niño. Estrés en el trabajo, problemas personales, cansancio, y todo ello unido a que nuestro hijo parece que lo que le decimos le entra por un oído y le sale por el otro, nos lleva a elevar cada vez más el tono y terminamos por ponerle castigos que luego son imposibles de cumplir.educar y castigar_madre y niño

Hay que tener en cuenta que para ellos es una especie de juego. Están explorando y nos desafían para saber hasta dónde pueden llegar, por lo que siempre conviene valorar las situaciones. Pero si vemos que su rebeldía va más allá de lo normal, tendremos que corregirles.

Para conseguir corregir el tipo de conducta inadecuada de nuestros hijos deben existir una serie de límites y normas claras. Para ello es mejor dejar los gritos y castigos milenarios a un lado y llevar a cabo otro tipo de prácticas.

Algunas sugerencias para lograrlo:

  • Fijar de forma clara los límites y objetivos. No cambiar de opinión constantemente sobre un tema. Una vez que se ha tomado una medida debes mantenerla.
  • Ayudarle a tomar decisiones sin imponer tu criterio.
  • No exigirle la perfección, cada edad tiene un nivel de aprendizaje.
  • Nunca utilizar adjetivos descalificativos.
  • Evitar las comparaciones con hermanos o amigos.
  • Recompensar las buenas conductas y valorar sus esfuerzos.
  • Predicar con el ejemplo. No le pidas que haga algo que tú no haces.

Si, a pesar de todo, no conseguimos que cambie su actitud y tenemos que recurrir al castigo, he aquí unos pequeños consejos:educar y castigar_Niña_castigada

  • Ambos progenitores deben estar de acuerdo en el castigo y no discutir delante del niño.
  • Jamás recurrir a castigos físicos.
  • Imponer castigos acorde con su edad.
  • El castigo debe ser inmediato a la acción cometida.
  • Una vez impuesto el castigo, mantenerlo.

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