9 consejos fundamentales sobre la alimentación infantil

Para la mayoría de los padres, que sus hijos coman bien significa que se terminen toda la comida que les ponen en el platoEn muchos hogares la hora de la comida se convierte en un calvario: niños que no comen, padres que no entienden, niños que lloran, padres angustiados… Lejos de ser un encuentro familiar, en el que todos los miembros se nutren y alimentan armoniosamente, la hora de la comida es para muchas familias un suplicio.

Volvamos al principio: «Para la mayoría de los padres, que sus hijos coman bien significa que se terminen toda la comida que les ponen en el plato» . Y ahora, ¿de qué tipo de comida estamos hablando? ¿Y qué cantidad se supone que es la adecuada para que el niño haya comido lo suficiente?

En muchos hogares siempre se cocina lo mismo, unas pocas comidas que son las que gustan a los niños y no van a suponer un problema. Imaginemos que estas pocas comidas son: macarrones, sopa de sobre, salchichas, pizza, filete de ternera y nuggets de pollo. Los menús en esta casa se limitan a esta variedad y el niño se lo come todo, la pregunta es ¿está este niño comiendo bien?

Otros papás ponen en el plato de su hijo cantidades exageradas de comida. No tienen en cuenta la fisionomía del niño, desconocen el tamaño del estómago de su hijo. Si ese niño se comiera todo acabaría vomitando. La pregunta es ahora: ¿está este niño comiendo poco?

Hoy quiero proponer algunas consideraciones que los papás y mamás deberíamos tener en cuenta a la hora de alimentar a nuestros hijos:

1ª- Alimentar no es sólo dar de comer. Alimentar es también nutrir y nutrir es dar alimento y a la vez amor. Acompañar a nuestros hijos amorosamente mientras comen, es establecer con ellos desde pequeños una buena relación con su alimentación que a buen seguro les acompañará durante toda su vida.

2º- Respetar a nuestros hijos es no obligarles a comer cuando no tienen más apetito. Los niños son perfectos para regular la cantidad de comida que les cabe, si cierran la boca o dicen no, es no y punto, no nos empeñemos en meterles una cucharada más a la fuerza.

3º- Ofrecer a nuestros hijos desde pequeños una comida variada y saludable es enseñarles a comer bien. No importa tanto la cantidad como la calidad.

4º- Si el niño vive experiencias agradables con la comida, estará cada vez más abierto a probar alimentos nuevos.

5º- Otorguemos a la hora de la comida el respeto y el tiempo que merece. Hagamos del momento de sentarnos a la mesa un rato agradable. No importa tanto lo que cada uno coma sino la calidad y el disfrute de este ratito con la familia.

6ª- Si conociéramos el tamaño del estómago de un bebé o de un niño un poco más grande no nos empeñaríamos en llenar el plato de nuestros hijos. Es nuestro deber como padres conocer su fisionomía y respetar sus ritmos.

7º- Algunos alimentos son fáciles de comer y los niños suelen comerlos ellos solitos, precisamente son los menos saludables: bollería industrial, postrecitos repletos de colorantes, zumos envasados etc. A veces la falta de tiempo de los adultos nos lleva a abusar demasiado de este tipo de alimentos, se tarda menos en abrir un bollito que en partir una fruta y así vamos acostumbrando mal a lo niños para después quejarnos cuando no quieren comer alimentos más sanos.

8ª- Los adultos establecemos unos horarios para comer que nos vienen bien a nosotros y que no siempre son adecuados para los más pequeños. Los niños tienen tiempos de hambre diferentes a los adultos, sus horarios no son los nuestros y, sin embargo, casi siempre son ellos los que deben adaptarse a lo que nosotros establecemos.

9º- Para que los niños coman bien los adultos debemos comer bien. Nosotros, los padres y madres, somos su referente, ellos poco a poco irán interesándose por lo que comen sus papás, a su ritmo pedirán probar, nosotros podemos ofrecer siempre sin forzar y poco a poco ellos adquirirán los mismos hábitos en su alimentación.

Y para terminar quiero hacer hincapié en el respeto. Confiemos en ellos. Los niños son expertos en escuchar a  su cuerpo y en satisfacer sus necesidades, alimentemos a nuestros hijos a demanda, de la misma forma que se debería dar la teta, porque ellos mejor que nadie saben cuando quieren comer y cuando deben parar.

Mayte Gómez González

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