En sus primeras declaraciones ante los medios de comunicación, Tsai advirtió que si China aplica la política de «supresión» (aislamiento de Taiwán a nivel internacional) dañaría los lazos con el continente.

«Nuestro sistema democrático, nuestra identidad nacional y el ámbito internacional deben ser respetados. Las distintas formas de ‘supresión’ dañarían la estabilidad de las relaciones con el otro lado del estrecho (de Taiwán o Formosa)», dijo.

Por su parte, el candidato presidencial del KMT, Eric Chu, de 54 años, en una alocución ante seguidores en la sede del partido en Taipéi, había reconocido su derrota: «Lo siento. Hemos perdido».

Tsai, líder de la principal formación de oposición, el Partido Democrático Progresista (PDP), podría poner fin a ocho años de acercamiento con China.

Esta antigua profesora universitaria de 59 años sucederá al actual presidente, Ma Jing-jeou (KMT), quien puso en marcha una inédita política de acercamiento con Pekín.

Antes del desfile del orgullo gay del año pasado en Taipéi, capital de Taiwán, Tsai declaró su apoyo al matrimonio gay, diciendo en un video en Facebook: «En el rostro del amor, todo el mundo es igual. Cada uno tiene la libertad para amar y para perseguir su felicidad. Soy Tsai Ing-wen, y yo apoyo la igualdad de matrimonio.2

El amor por sus gatos Xiang Xiang, o Think think, y Ah Tsai es bien conocida. Uno de ellos protagonizó su mensaje de Año Nuevo chino el año pasado.

Según la Comisión Electoral Central, Tsai obtuvo 56,12% de los votos contra 31,04% para Chu. Se trata de la victoria más amplia de un líder del PDD.

La vencedora, que era clara favorita de los sondeos, pudo beneficiarse de la desconfianza de una parte de los electores taiwaneses hacia China y de su frustración con el estancamiento de la economía.

Desaparece de Weibo

Al conocerse la noticia de su elección, este sábado, Tsai «desapareció» en la red social internauta más popular de China, que cuenta con numerosos censores que bloquean los contenidos molestos para Pekín, como su triunfo electoral.

Búsquedas como «Tsai Ing-wen» o «elecciones en Taiwán» en la red Weibo, el equivalente chino de Twitter, daban como todo resultado un mensaje que reza: «de acuerdo a las leyes, regulaciones y políticas, los resultados de esta búsqueda no se pueden mostrar».

Las relaciones con Pekín habían mejorado con la llegada al poder en Taiwán de Ma en 2008, alcanzando su momento más alto a fines de noviembre pasado en una reunión histórica en la isla con el presidente chino, Xi Jinping, la primera desde la separación de ambos territorios hace más de 60 años.

Aunque este acercamiento permitió la firma de acuerdos comerciales y un boom turístico en Taiwán, muchos habitantes temen que la isla se vuelva dependiente de Pekín, perdiendo así su identidad y soberanía. Además, muchos taiwaneses se sienten abandonados por la política, que sólo beneficia, a su juicio, a las grandes empresas.

«Taiwán necesita cambios, económicos y políticos», explica Lee, un elector de 65 años. «El gobierno se apoyó demasiado en China. Eso es perjudicial para nuestra democracia».

El territorio sigue su propio rumbo desde 1949, cuando los nacionalistas del KMT, liderados por Chiang Kai-shek, se refugiaron en la isla tras la victoria de los comunistas de Mao Zedong.

Tras la muerte de Chiang, Taiwán abrazó poco a poco la democracia. China considera todavía la isla como una parte integrante de su territorio.

Advertencia de Pekín

La líder del PDP defiende que Taipéi debe abandonar la dependencia económica de Pekín y asegura que ella escuchará a la opinión pública en lo que respecta a las relaciones bilaterales con China.

Como muestra de este pragmatismo, Tsai subrayó que se mantendrá el statu quo actual, diluyendo así el discurso tradicionalmente independentista del PDP.

En 1992, se alcanzó un consenso entre las dos partes que establecía el concepto de «una sola China», una formulación suficientemente equívoca para poder ser interpretada de manera diferente de un lado y del otro del estrecho de Taiwán.

El objetivo de Tsai es tranquilizar a Pekín, pero también a Estados Unidos, principal aliado de Taipéi, que teme por la estabilidad en la región.

China descartó mantener relaciones con un dirigente que no reconociera que Taiwán forma parte de «una sola China».

La mayoría de expertos consideran inevitable una cierta degradación de las relaciones entre ambos territorios.

La victoria de Tsai supone la segunda presidencia de su formación desde los dos mandatos consecutivos de Chen Shui-bian (2000-2008).

Fuente. Publimetro.cl